jueves, 27 de septiembre de 2012
Canción del amor prohibido
Sólo tú y yo sabemos lo que ignora la gente al cambiar un saludo ceremonioso y frío,
porque nadie sospecha que es falso tu desvío,
ni cuánto amor esconde mi gesto indiferente.
Sólo tú y yo sabemos por qué mi boca miente,
relatando la historia de un fugaz amorío;
y tú apenas me escuchas y yo no te sonrío...
Y aún nos arde en los labios algún beso reciente.
Sólo tú y yo sabemos que existe una simiente germinando en la sombra de este surco vacío,
porque su flor profunda no se ve, ni se siente.
Y así dos orillas tu corazón y el mío, pues,
aunque las separa la corriente de un río,
por debajo del río se unen secretamente.
José Ángel Buesa
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